La importancia que adquirió el premio, hizo que rivalizase directamente con el otorgado por la revista francesa especializada France Football del Balón de Oro, que también designaba al mejor futbolista del año, camiseta real sociedad 2022 motivo por el cual a partir del año 2010 ambos premios se fusionaron pasando a denominarse FIFA Balón de Oro siendo desde entonces el único premio que designa al mejor futbolista del año natural. Para tipos como Vicente Gil o como John Pinone, aquello era una jaula de oro. Miguel Ángel tuvo que tomar las riendas del primer equipo a mitad de temporada y con una plantilla muy hecha a los mandamientos de Paco Garrido, el primero de los cuales era innegociable: «dos jamás pelean si uno no quiere». El 7 de octubre de 1928 se inauguró el que sería el penúltimo estadio del Sevilla hasta la fecha: el estadio de Nervión, en la avenida Eduardo Dato y adyacente a donde se encuentra el estadio actual, que pasó a la historia sevillista como el primero en el que jugó un partido de Liga. El domingo, el gran choque de la primera jornada de la Liga española enfrentará al FC Barcelona con la Real Sociedad, los dos últimos campeones de la Copa del Rey -ambas finales la temporada pasada al aplazarse la de 2020 por la situación sanitaria-, lo que supondrá el primer partido oficial del Barça sin Lionel Messi en el Camp Nou.
En un momento de absoluta plenitud, dos veinteañeros cerraban tras de sí la puerta de una habitación de hotel en Granada, tratando de asimilar la experiencia que podría dejarles al día siguiente un absoluto protagonismo frente a una inesperada Final de Copa del Rey de Baloncesto. Frente al fichaje de Juan, sí se podían plantear muchas posibles alternativas. Juan era un chaval de primer nivel en su edad junior, de la cantera del Madrid, lo cual ofrecía por supuesto un crédito, con la facilidad del cruce de aceras para concretar su ficha, pero sin el talento en la cancha de Alberto o Nacho, y sin la obligatoriedad de ofrecerle un primer contrato como sí parecía haberla con jugadores de la casa como Alfonso Reyes, Juan Antonio Aguilar o Pablito Martínez, tres piezas del lego interno estudiantil, a las que las reglas del juego de entonces colocaban en el tablero sin alternativa posible. Un total de seis futbolistas del club han sido premiados como mejor jugador mundial, que junto a otros tres conquistaron un total de dieciséis galardones, repartidos entre los tres primeros puestos, lo que convierten al equipo madrileño en el club que ha aportado más jugadores premiados al trofeo internacional, y el segundo club que más veces ha figurado en los podios de este premio.
La SD Eibar ha sido históricamente un equipo modesto,antes de 2014 sus aficionados generalmente solían ser seguidores también de algún otro equipo de Primera División, especialmente de alguno de los dos principales equipos vascos, Athletic Club o Real Sociedad. Es con el fichaje de Juan Aisa, empeño de Miguel Ángel, con el que claramente completa la manera tan ignaciana de entender lo que podría ser el baloncesto profesional de un discípulo de Pinedo. Y por la cantera había aterrizado no muchos años antes Miguel Ángel, un hombre soltero de más de 30 años (un dato lleno de prejuicios en los tiempos que corrían), con un puesto ejecutivo importante en la empresa Kodak, pero al mismo tiempo gran admirador y autoproclamado discípulo de Ignacio Pinedo, lo cual le impedía tomar la única decisión lógica sobre su relación con el baloncesto; dejarlo. Con el nuevo entrenador se decidió descartar a algunos integrantes de la plantilla y reforzarla con jugadores como Enzo Maresca, Martín Demichelis, Ignacio Camacho o Julio Baptista. O tal vez, como sus detractores quizá convengan, simplemente era un tipo con suerte. Simplemente era un extraordinario detector de talento con sólidos cimientos intelectuales. Estar en contacto con Pinedo era síntoma evidente de una adicción que, en el caso de Miguel Ángel, se llevaba sin aparente necesidad de ponerse al frente de un equipo profesional.
A Miguel Ángel le parecía absolutamente lógico sustituir a un base, que, en una de sus últimas bocanadas, le podría incendiar un vestuario (Vicente Gil), por un chaval en perfecto estado de revista física y baloncestística, majo hasta aburrir y capaz de incendiar en ese momento la pista de baloncesto con su perfil de genio (Nacho Azofra). Y, sin pruebas concretas, nos aventuramos a proclamar que en la cabeza del diseñador se le aparecerían de algún modo características del chaval que no tendrían solamente que ver con su mejorable tiro exterior, o con sus llamativos y larguísimos brazos o sus potentes piernas capaces de incordiar mucho a los aleros rivales a la hora de defender. Con la emoción, olvidó que tenía una amarilla y recibió la segunda tras quitarse la camiseta en la celebración. Tan solo una lectura fabulada, parcial y mínimamente consistente de un compañero de fatigas. Ese diseño propio, se describe de forma evidente y por supuesto parcial (si me hubieran hecho objeto sería objetivo, decía el sabio), con un fichaje externo, además de la ya mencionada apuesta por el talento joven de la casa.